Es la cárcel San Miguel de Uncia, norte de Potosí, donde actualmente se tienen tres grifos de agua pero hay días en los que no se abastecen porque la presión es débil para cubrir las necesidades de 278 privados de libertad.
Desde fines de diciembre 2023, la lluvia les salvó de la sed. Ahora en otoño, época seca, no contarán con agua permanente
Entre los 278 internos están 17 mujeres, una de ellas embarazada, también están cuatro niños menores de tres años junto a sus mamás.
La cárcel no cuenta con un baño higiénico. Los reos deben recurrir a un pozo ciego para hacer sus necesidades
El pasado 3 de marzo al menos 16 reos se fugaron de esta cárcel, recapturaron a la mitad de ellos. Debido a ese hecho cambiaron a todos los policías.
Ayer por ausencia de autoridades municipales suspendieron la reunión con el defensor del pueblo.
Betty Mamani, alcaide de la Cárcel San Miguel de Uncía, indicó que es la tercera reunión a la que se invitó al Alcalde de Uncía pero no se presentó.
Debían tratar el tema del agua y el alcantarillado.
César Villca, representante de la defensoría del pueblo en el norte Potosí, señaló su preocupación por la ausencia de las autoridades para atender estas demandas.
Los reos también demandan la construcción de otro pabellón para salvarles del hacinamiento o sobrepoblación. Esta cárcel fue construida para un máximo de 80 personas. “Los reos varones duermen de sentadito a falta de espacio” dijo la anterior alcaidesa.