Fuente: EFE.- León XIV recibió el palio y el Anillo del Pescador, símbolos del poder pontificio, durante la misa de inicio de magisterio en la plaza de San Pedro del Vaticano, ante autoridades y miles de fieles. 250 mil personas participaron, según cálculos de la prensa internacional.
El cardenal filipino Luis Antonio Tagle le impuso el anillo en la mano, el rostro de León XIV se encendió con muchas emociones.
La misa de entronización del papa León XIV marcó oficialmente el inicio de su pontificado. La ceremonia empezó las 10 de la mañana (hora local) en la Plaza de San Pedro.
León XIV afirmó que el papa no puede ser «un líder solitario o un jefe por encima de los demás», pues «Dios, quiere a todos unidos en una única familia», en la misa de inicio de su pontificado ante unas 150 delegaciones internacionales.
«Pedro debe apacentar el rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un líder solitario o un jefe que está por encima de los demás, haciéndose dueño de las personas que le han sido confiadas. Por el contrario, a él se le pide servir a la fe de sus hermanos, caminando junto con ellos», dijo el pontífice estadounidense y peruano en su homilía.
León XIV recordó el fallecimiento de Francisco que dejó un gran dolor y recibió un gran aplauso de los fieles.
Luego explicó que los cardenales llegaron al cónclave «con historias personales y caminos diferentes» y que se expresó el deseo de «elegir a un pastor capaz de custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, de mirar más allá, para saber afrontar los interrogantes, las inquietudes y los desafíos de hoy.
El pontífice confesó: «Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia».
Y aseguró que «amor y unidad» son «las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro», es decir los pilares en los que se basará su pontificado.
Aseguró que aunque la misión de Pedro es la de «pescador de hombres» y por tanto la de la Iglesia católica, «no se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús».
Y aseveró que como afirma san Agustín: ‘Todos los que viven en concordia con los hermanos y aman a sus prójimos son los que componen la Iglesia’ por lo que uno de sus primeros «grandes deseos» fue el de «una Iglesia unida