
Ana Carolina, la niña de Maragua, fue en marzo a los Estados Unidos junto a su mamá Maura Otrillas. Fue a un hospital de la ciudad de Boston donde médicos especializados le hicieron más de tres operaciones o cirugías en su pie, su mano y sus labios. Años atrás, la niña se quemó con el líquido que algunas personas sacan de la garrafa de gas licuado. Por accidente mientras jugaba con su hermanita y primitos, se echó ese líquido en el cuerpo y el fuego se encendió en su cuerpecito convirtiéndola casi en antorcha humana.
THE SNEAKER BULLETIN