Después de la muerte de Jesús, los discípulos estaban ocultos, con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Es una reacción muy humana. ¿Quién no conoce el miedo?; especialmente en situaciones extremas.
Jesús conocía la fragilidad de sus discípulos. Muchas veces les ha criticado de su fe pequeña y vacilante.
También a nosotros nos conoce: Conoce nuestras fragilidades y nuestra fe. Conoce nuestros miedos y nuestras frustraciones. Conoce nuestras cobardías, nuestros desencantos y nuestras desesperanzas.
Jesús resucitado al igual que ayer lo hizo con sus amigos, puede sacarnos de nuestra actitud cobarde, de desencanto y desesperanza.
El resucitado nos puedes arrancar del pasado de sufrimiento y dolor y ponernos mirando al futuro con esperanza.
Él nos liberará de los miedos que nos paralizan, romperá los esquemas aburridos en los que nos encerramos. Abrirá las tantas puertas que hemos ido cerrando
Con el resucitado presente en nuestra vida, no es posible la pasividad, la rutina tranquila, la comodidad de la inercia.
FELICES PASCUAS CON LAS PUERTAS ABIERTAS