En su primera participación en la cumbre del G20, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, el presidente de Bolivia, Luis Arce, destacó su compromiso con una «alianza mundial contra el hambre y la pobreza», alineándose con la propuesta central de la reunión. impulsada por el anfitrión, Lula da Silva. Durante el evento, Arce abogó por un cambio estructural en los sistemas de producción y consumo globales, buscando enfrentar la crisis climática y social, y reafirmó su apoyo a iniciativas multilaterales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El lunes 18 de noviembre, Arce enfatizó la importancia de la reforma de los organismos internacionales como Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese contexto, respaldó la transición energética y la movilización de recursos para erradicar la pobreza. Según la canciller Celinda Sosa, Bolivia aportará su conocimiento ancestral al combate contra la crisis alimentaria, buscando construir un mundo «libre del hambre y la pobreza».
El martes, el mandatario boliviano mantuvo una reunión con su homólogo chino, Xi Jinping, en la que ambos líderes destacaron áreas de cooperación estratégica como la industrialización del litio, la minería y el programa aeroespacial binacional. Además, exploraron el proyecto del Tren Bioceánico, una iniciativa que conectaría el Pacífico y el Atlántico a través de los países miembros de BRICS, potenciando el comercio y fortaleciendo los lazos culturales entre los paises miembro.
Durante la cumbre, Arce se reunió también con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, para dialogar sobre proyectos de desarrollo económico y reducción de la pobreza en Bolivia. Paralelamente, se llevaron a cabo encuentros informales con líderes como el canciller uruguayo Francisco Bustillo y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, abordando temas de cooperación económica.
Al concluir la cumbre, Arce calificó su participación como “muy provechosa” y subrayó que las propuestas de Bolivia fueron escuchadas. Destacó la claridad de su posición en temas clave como la desigualdad y la protección ambiental, reafirmando el modelo económico boliviano como una herramienta redistributiva para reducir las inequidades. «Bolivia se hizo escuchar en esta histórica primera participación en el G20», concluyó el mandatario.