La corrección fraterna es una de las expresiones más grandes del amor, y también una de las más exigentes.
El papa Francisco nos alertó contra la plaga de los chismes, dijo que, por desgracia, lo primero que se suele crear en torno a quien se equivoca son habladurías, en las que todos se enteran del error, con todos los detalles. Los chismes son una plaga en la vida de la gente.
NO A LA PLAGA DE LAS HABLADURÍAS
“Los chismes son una plaga en la vida de las personas y de las comunidades, porque traen división, sufrimiento y escándalo, y nunca ayudan a mejorar y a crecer”.
Remarco también que “señalar con el dedo a las personas no es bueno, de hecho, a menudo hace más difícil que quien se ha equivocado reconozca su propio error”.
PREGUNTEMONOS
¿Cómo tratamos a las personas que se equivocan?
¿Señalamos con el dedo sus errores?
¿Abrimos los brazos y el corazón para ayudarlo a reconocer sus errores y corregirlo
El pastor de la Iglesia Católica nos recapitulo los tres pasos para ayudar a las personas que se equivocan:
PRIMER PASO: HABLAR CARA A CARA CON MANSEDUMBRE Y AMABILIDAD
Para ayudarlo a entender en qué se equivoca. “Hazlo por su bien, superando la vergüenza y encontrando el verdadero valor, que no es hablar mal de él a sus espaldas, sino decirle las cosas a la cara con mansedumbre y amabilidad.
SEGUNDO PASO BUSCAR AYUDA EN OTRAS PERSONAS CERCANAS
Pero, ¡cuidado! ¡No la del grupito que chismea! Buscar a personas que realmente quieran ayudar a ese hermano o hermana que ha errado”.
TERCER PASO LA AYUDA DE LA COMUNIDAD
No se trata de poner a la persona en la picota, de avergonzarla públicamente, sino de unir los esfuerzos de todos para ayudarla a cambiar.