PAPA FRANCISCO.- Jesús conto la historia de un comerciante que buscó, encontró y dejo todo por una joya. Ayer en los templos de la Iglesia católica se releyeron para aprender en la vida. El papa Francisco nos propone aprender de esos tres gestos del buscador de tesoros
APRENDER A SER BUSCADORES
Comenzando por no quedarnos quietos; no conformarse con lo que tenemos. Sino buscar otras cosas más bellas.
No encerrarnos en la costumbre, en la mediocridad de los que se contentan, sino a reavivar el deseo: reavivar el deseo, para que el deseo de buscar, ir adelante no se apague; a cultivar los sueños de bien,
APRENDER A ENCONTRAR
En la vida cotidiana en casa, en la calle, en el trabajo, de vacaciones, tenemos la oportunidad de vislumbrar el bien.
Es importante saber encontrar lo que vale la pena
Entrenarnos para reconocer las gemas preciosas de la vida y distinguirlas de las baratijas.
No perder el tiempo y libertad en cosas triviales, pasatiempos que nos dejan vacíos por dentro
La vida nos ofrece, cada día, la perla preciosa del encuentro con Dios y con los demás.
Es necesario saber reconocerla: discernir para encontrarla”.
APRENDER A PRIORIZAR
La perla es Jesús!. Merece la pena invertirlo todo en Él, porque, cuando uno encuentra a Cristo, la vida cambia.
Aprender a gastarse por Jesús. Ponerle en primer lugar para nuestra vida
Jesús es el mayor bien de la vida. Sería bonito decirle hoy: Jesús, Tú eres mi mayor bien
“Buscar: ¿yo, en mi vida, estoy en búsqueda? ¿Me siento bien, conforme, o entreno mi deseo por el bien? ¿Estoy en jubilación espiritual? Cuántos jóvenes estan en la jubilación espiritual.
Segundo gesto, encontrar: ¿me ejército en discernir lo que es bueno y viene de Dios, sabiendo renunciar a lo que me deja poco o nada?